Francia convocó al embajador estadounidense en París, Charles Kushner, tras una carta enviada a Emmanuel Macron en la que lo acusó de no hacer lo suficiente contra el antisemitismo. El diplomático afirmó que “no pasa un día sin que los judíos sean agredidos en las calles”, señalando deterioro de sinagogas, escuelas y negocios, además de responsabilizar al presidente francés de alimentar tensiones con su llamado al reconocimiento del Estado palestino.
El Ministerio de Exteriores francés calificó de “inaceptables” las declaraciones, recordando que violan la Convención de Viena de 1961 al constituir injerencia en asuntos internos. El episodio ocurre en medio de un repunte de ataques antisemitas tras el inicio de la guerra en Gaza y de críticas similares emitidas por Benjamin Netanyahu. La controversia refleja cómo el debate sobre Palestina e Israel se ha convertido en un punto de fricción que amenaza con alterar alianzas históricas.