Claudia Sheinbaum afirmó que con la última sesión de la Suprema Corte, antes de la entrada de ministros electos por voto popular el próximo 1 de septiembre, concluyen 30 años de un Poder Judicial marcado por “nepotismo y amiguismo”. La presidenta señaló que, aunque existieron excepciones, la estructura servía a unos cuantos y se alejaba de la justicia real.
La mandataria aseguró que inicia una nueva etapa que, dijo, “será mejor”, y llamó a abrir el debate sobre la próxima reforma electoral. En paralelo, el pleno de la Corte despidió a sus integrantes mientras manifestantes bloquearon accesos en rechazo a la reconfiguración judicial. El cierre simboliza un cambio profundo en la relación entre justicia y política, aunque queda abierta la discusión sobre independencia y legitimidad del nuevo modelo.

