El titular de Profeco, Iván Escalante, evitó revelar los nombres de legisladores de Morena que intercedieron por empresas sancionadas, a pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum lo instruyó públicamente a hacerlo. La semana pasada, Escalante denunció ante diputados que algunos legisladores trataron de frenar multas contra una gasolinera y un hotel de lujo. Sin embargo, este lunes reculó y dijo que “más allá de los nombres” se habían seguido los procedimientos legales.
La omisión contradice el discurso oficial contra el tráfico de influencias. En la conferencia mañanera, Sheinbaum fue clara: “No debe haber tráfico de influencias, de ningún tipo, en ningún gobierno”, y dejó en manos de Escalante dar los detalles. Pero él optó por callar y hablar de “sensibilidad” entre legisladores. La falta de transparencia refuerza sospechas sobre protección política a negocios sancionados, y debilita la promesa presidencial de erradicar la corrupción también dentro de Morena.

