El gobierno federal desplegó el Operativo Paricutín como parte del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, una estrategia militar y de seguridad que busca frenar la expansión del crimen organizado tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. La acción conjunta involucra al Ejército, Guardia Nacional y autoridades estatales, y tiene como objetivo desmantelar las redes de extorsión contra productores, comerciantes y empresarios.
De acuerdo con informes oficiales, en la región de Uruapan operan seis cárteles: el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Caballeros Templarios, Los Viagras, Los Blancos de Troya, el Cártel de Los Reyes y Pueblos Unidos. Las fuerzas federales realizan patrullajes en huertas de limón y aguacate, así como en empresas empacadoras, para garantizar la seguridad y recuperar el control territorial en los municipios más afectados por la violencia y las disputas criminales.

