El peso mexicano cerró la jornada con una depreciación de 0.21%, al ubicarse en 18.78 unidades por dólar. El ajuste respondió al fortalecimiento del billete verde, en medio de la expectativa sobre la política monetaria de la Reserva Federal y las tensiones geopolíticas derivadas de las reuniones entre Estados Unidos, Rusia y Ucrania.
El mercado descuenta un recorte de 0.25 puntos en las tasas de septiembre, aunque los inversionistas habían anticipado una baja mayor. A esto se suma el avance limitado de la diplomacia internacional y la presión en los precios del petróleo. La volatilidad persiste y abre la discusión: ¿el peso resistirá estos choques externos o se consolidará un escenario de mayor vulnerabilidad para la economía mexicana?

