El canciller alemán, Friedrich Merz, anunció la suspensión de exportaciones de armamento a Israel que pudiera utilizarse en la Franja de Gaza. La medida responde al plan militar aprobado por el gobierno de Benjamín Netanyahu para ocupar Ciudad de Gaza, una decisión que Berlín considera incompatible con los objetivos de desarmar a Hamás, liberar rehenes y avanzar hacia un alto el fuego. La postura marca un precedente en la política exterior alemana hacia Israel.
Merz expresó su “profunda preocupación” por el sufrimiento civil y exhortó a garantizar acceso integral a la ayuda humanitaria. Además, pidió evitar pasos hacia la anexión de Cisjordania y mejorar de forma duradera la situación humanitaria en el enclave. Este cambio de tono refleja la creciente presión interna y externa sobre Alemania. ¿Podrá esta decisión influir en el curso del conflicto o quedará como un gesto simbólico?