Miles de personas salieron a las calles de Uruapan, Michoacán, para despedir al alcalde Carlos Manzo Rodríguez, asesinado el sábado durante el Festival de Velas. Entre llantos y consignas de “¡Justicia!”, la ciudad se paralizó para acompañar el féretro del edil independiente, recordado por su enfrentamiento abierto contra el crimen organizado. Su esposa, Grecia Quiroz, pidió a la población defender a sus hijos, su municipio y al país.
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla fue recibido con abucheos durante el velorio, mientras asociaciones y colectivos convocaron una marcha por la paz. En medio del luto, la cabalgadura del alcalde recorrió las calles con su sombrero en el lomo, símbolo de la cercanía que mantuvo con su comunidad. Carlos Manzo fue sepultado entre aplausos y música de mariachi, convertido en un símbolo de resistencia frente a la violencia que azota Michoacán.