El subgobernador de Banxico, Omar Mejía, señaló que el encarecimiento de la carne —que supera 18% anual por plagas y problemas sanitarios— es hoy el principal factor que impide que la inflación subyacente baje con mayor velocidad. A diferencia de frutas y verduras, los ciclos pecuarios tardan más en corregirse, lo que eleva los costos de alimentos procesados y golpea a fondas, loncherías y taquerías, negocios con márgenes muy reducidos.
Aunque la inflación general se moderó a 3.57%, los servicios de comida siguen arriba de 7.5%, manteniendo elevada la presión subyacente. Banxico observa señales de estabilización en los precios pecuarios, pero anticipa que el ajuste será gradual. Analistas añaden que factores como los nuevos aranceles, mayores costos laborales y una productividad estancada podrían seguir impulsando los precios en 2026, retrasando la convergencia inflacionaria pese a la política monetaria más flexible.

