Ángel Heladio Aguirre Rivero, originario de Ometepec, Guerrero, ha transitado por más de cuatro décadas de vida pública. Economista por la UNAM, inició en la administración federal antes de ocupar cargos estatales clave, hasta llegar dos veces a la gubernatura. En 2011 alcanzó el poder con la coalición de izquierda, tras su ruptura con el PRI. Sin embargo, su segundo mandato quedó marcado por el uso de la fuerza contra movimientos sociales y por la crisis política derivada de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014.
Aunque nunca enfrentó consecuencias judiciales directas, su figura quedó aislada y desacreditada, perdiendo influencia electoral e incluso control en su municipio natal. Intentó volver en 2018 como diputado federal, pero el veto social lo obligó a retirarse. Hoy sobrevive apenas como referente simbólico en Guerrero, cargando con un pasado que sigue siendo un recordatorio incómodo de los límites de la política frente a la exigencia de justicia.