El incremento de 13 por ciento al salario mínimo para 2026 elevó su poder adquisitivo y permitió cubrir dos canastas básicas, un hito destacado por el gobierno. Sin embargo, la OCDE advirtió que México ya alcanzó un nivel donde aumentos adicionales pueden generar riesgos laborales, especialmente ante un mercado debilitado y un repunte reciente de la informalidad en varios sectores.
Analistas señalan que el nuevo ajuste podría añadir presiones inflacionarias y elevar costos para pequeñas empresas en un entorno económico menos dinámico. Aun así, reconocen avances en bienestar y consideran que el incremento ayuda a demostrar compromisos salariales en la revisión del T-MEC. Coparmex respalda el alza, aunque pide vigilar empleo, productividad y estabilidad macroeconómica en el mercado laboral mexicano.