El Gobierno de Puebla asumió el control de la seguridad en San Salvador Huixcolotla, luego de que tres policías fueran asesinados por presuntos miembros del grupo La Barredora. El ataque ocurrió la noche del 2 de noviembre, cuando los agentes fueron emboscados sobre la carretera Puebla–Tehuacán. En la escena se encontró una manta con amenazas firmada por el grupo criminal.
Tras el ataque, la mayoría de los elementos municipales renunciaron a sus cargos, dejando al municipio sin fuerza operativa. En respuesta, el gobierno estatal desplegó a elementos del Ejército y la Policía Estatal para patrullar la zona. El gobernador Alejandro Armenta ofreció apoyo a las familias de las víctimas y pidió calma a la población. La Fiscalía General del Estado investiga los hechos en una región marcada por el huachicol y la violencia del crimen organizado.

