La inflación general en México bajó a 3.63% en la primera quincena de octubre, su nivel más bajo desde agosto, informó el Inegi. El dato se ubicó por debajo de lo previsto por analistas, aunque la inflación subyacente —que marca la tendencia de largo plazo— se mantuvo resistente en 4.24%, lo que mantiene el debate sobre el rumbo de la política monetaria.
En este contexto, el Banco de México deberá decidir si continúa reduciendo la tasa de interés o hace una pausa. Los aumentos en electricidad, vivienda y servicios turísticos presionaron los precios, mientras que productos básicos como huevo, pollo, jitomate y aguacate ofrecieron un respiro al bolsillo. Con nuevos impuestos y aranceles en el horizonte, los analistas prevén que el descenso de la inflación será más lento en los próximos meses.

