Miles de personas vestidas de blanco marcharon este domingo en Culiacán para exigir un alto a la violencia que desde hace un año ha dejado más de mil 800 asesinatos. Convocados por 37 organizaciones civiles, los manifestantes recorrieron tres kilómetros de la avenida Álvaro Obregón con pancartas y consignas como “El narco no manda, Sinaloa es nuestro” y “Somos más los buenos”.
El obispo Jesús José Herrera pidió no resignarse a vivir bajo el miedo y recordó que “cada paso es una súplica por la paz”. La marcha duplicó la participación registrada en enero tras el asesinato de una familia. En un contexto de homicidios, extorsiones y robos al alza, la movilización ciudadana mostró un hartazgo colectivo y la urgencia de respuestas. La pregunta queda en el aire: ¿podrá la unión social presionar lo suficiente para que las autoridades actúen con firmeza frente al crimen organizado?

