Médicos Sin Fronteras advirtió que los migrantes en la frontera norte de México viven atrapados en un ciclo de violencia, persecución y abandono institucional. La organización documentó agresiones físicas, extorsiones y falta de acceso a servicios básicos en ciudades fronterizas como Ciudad Juárez, donde miles esperan una resolución a su situación migratoria.
El informe subraya que estas condiciones ponen en riesgo la salud física y mental de las personas, muchas de ellas familias con niños. A pesar de los llamados internacionales, las políticas restrictivas y la ausencia de protección integral han agravado la crisis humanitaria. El fenómeno expone las fallas del Estado mexicano y la presión derivada de las medidas estadounidenses.

